martes, 16 de septiembre de 2014

Oh!, no la vuelta al cole.

Como siempre he sido "muy echá pa´lante", ni corta ni perezosa, al día siguiente (unas horas después de aterrizar) llevé a mis hijos al colegio, si sí, como lo leéis, nos acostamos temprano, sobre las 10:00 de la noche y a las 8:00 de la mañana del día siguiente ya estábamos en la secretaría del cole a conocer a sus seños.

Primero conocimos a la seño del pequeño, Mrs. H., muy simpática pero no mucha idea de español, aunque algo sabe y está muy orgullosa de ello. El aula muy bonita, grande y perfectamente decorada. Mi hijo parecía contento, pobrecito!!!, la que le esperaba ese día.

La seño del mayor, Ms. S, ya estaba en clase con alumnos cuando fuimos a conocerla. Nos acompañó la chica de la oficina. El aula estaba en la planta de arriba. Ms. S no hablaba nada de español y, para mi entender, su acento americano es muy cerrado y habla tan rápido que prácticamente lo que entendí ese día fue por los gestos que hacia al hablar. Nos explicó como funcionaba el almuerzo:
En la puerta de las aulas tienen un carrito en el que deben depositar la bolsa del almuerzo. Cuando llega la hora del almuerzo alguien del centro ha llevado este carrito al comedor, los niños cuando llegan al comedor buscan el carrito con su numero de aula y cogen el almuerzo. Tienen 20 minutos para almorzar y otros 25 para salir al patio. Curioso, si tenemos en cuenta que tienen 7 horas lectivas diarias.

Este día, apenas me despegué de la vaya del colegio. Creo recordar que aunque me fui a casa tras dejarlos en sus clases, volví sobre las 10. Me daba mucha vergüenza cuando me iban viendo cada uno de los trabajadores del centro que iban pasando por allí. Pero al final tuve mucha suerte, vi primero al pequeño, deambulaba como sin conocer a nadie, una seño le dio la mano cuando lo vio tan perdido y estuvo de la mano de ella todo el rato. Posteriormente supe que esa seño habla español, me lo dijo él cuando le pregunté porque se cogió de la mano de esa seño. Me dijo que era la única persona a la que entendía. 
A mi otro hijo lo vi una hora después, creí reconocer a algún niño de su clase, pero el no estaba. Cuando sonaba el timbre de vuelta lo vi, yendo hacia la cola de entrada. Después me enteré que se había perdido en el comedor. Se había sentado solo porque no conocía a nadie y cuando los niños de su clase salieron al patio el se quedó. Pero fue muy resuelto, le dijo a un guardia de seguridad "I can´t find my teacher". Que orgullosa me sentí cuando me lo contó. Que bien invertido ese dinero en la academia en España.

1 comentario:

  1. Los principios son duros, pero en poco no se acordaran de estos inicios, y tu si te darás cuenta de todo lo que han aprendido! Menuda experiencia!

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