martes, 15 de septiembre de 2015

Ahora te echo de menos lo mismo que antes te echaba de más

¿Qué por que titulo así la entrada?. Por que aquí me he dado cuenta de que cosas se pueden echar de menos cuando no vives en tu tierra, y además vives muy lejos de ella.

Hoy me he levantado con nostalgia, creo que todavía estoy en periodo de adaptación postvacacional. Os vais a reír, lo sé, pero hoy he echado de menos nuestro telediario de la 1, con su música y todo. Mientras preparaba la cena en la cocina he oído la tele americana y, de repente no se porqué, me he recordado a mi misma preparando la cena en mi casa en España, bueno en España prepararía la cena junto a la comida del día siguiente mientras resuelvo las dudas de las tareas escolares de mis hijos y pongo la última lavadora de ese día (pero esto daría para otro blog).
 En serio, no podéis imaginar que cosas se echan de menos cuando estas lejos. Por supuesto las típicas: la familia, los amigos, las comidas, pero también otras cosas como los olores. Olores de nuestras comidas: Desde los de sardinas fritas hasta los de cordero asado (mamá que rico te sale el tuyo), los olores cuando pasas cerca de un restaurante y sabes que están haciendo un rico queso frito o algo buenísimo a  la brasa! Ummmm!!!! Aquí todo es diferente, no digo ni mejor ni peor, digo diferente. A mí, aquí me cuesta acostumbrarme a los olores que desprenden los restaurantes cuando pasas por la puerta. Teniendo en cuenta que hay muchas cadenas de comida rápida, me resulta bastante desagradable ese olor, creo que a manteca que es con el que fríen las cosas.
Y no os digo el olor de mi portal, también lo echo de menos! Aquí mi portal no huele a nada! Es impersonal, más bien es un sitio desagradable. Es todo de moqueta, pero debe tener 100 años, y además digamos que la limpieza brilla por su ausencia!
También echo de menos hablar con los vecinos de mi portal, aquí a la mayoría no los conozco, y nuestras mayores conversaciones son: Good morning (muchas veces sin el good, solo morning) o How are you? en sus diferentes versiones: How are you doing?, How is it going?.... No sabía que nuestro típico ¿cómo estás? tenía tantas versiones.
Y que me decís de los horarios, el domingo comimos a las 12 y cenamos a las 6:30. Y en la cama estábamos durmiendo a las 22:15, con película vista y vasito de vino tomado. ¿Os lo podéis creer?.
Por último, esto más que de menos lo echo de más, tengo dos de todo: Dos tarjetas SIM, dos carnets de conducir, dos DNIs, dos carnet de biblioteca, y hasta dos monederos uno con euros y otro con dólares. A veces siento que tengo dos vidas paralelas, jajajaja! como en las películas americanas y nunca mejor dicho.

viernes, 11 de septiembre de 2015

2º año en Chicago. Vuelta al cole!

Pues si, hemos vuelto un año mas a Chicago. Nos ha costado tomar la decisión por cuestiones familiares y profesionales, pero al final esta es la que hemos tomado.
El martes fue la vuelta al cole, nada que ver con el año pasado cuando mis hijos y yo teníamos unas caras de circunstancia y nos preguntábamos interiormente ¿Qué hago aquí? ¿Qué dice esta gente? ¿Puedo llorar sin que nadie me vea?...
Pero no, este año toda ha ido mucho mejor, los niños ya tenían amigos, los que hicieron el año pasado con tan buena suerte que han vuelto a coincidir con la mayoría de ellos en clase. En este cole cada año mezclan a los niños y vuelven a hacer nuevas agrupaciones, y ¿sabéis que? que me gusta esa idea porque así se evitan las etiquetas a determinados grupos de clase y se les da la oportunidad de hacerse mas amigos, ya que no tienen mas remedio que cada año entablar nuevas amistades.
El primer día de cole nos permitieron acompañar a nuestros hijos a clase, yo tenía el corazón dividido porque el cole es enorme y a mis hijos les ha tocado en diferentes plantas y cada clase en un lado del pasillo, así que me decidí por acompañar al pequeño. Un papa de la clase el mayor me dijo que el se encargaba de acompañar al príncipe Hache. Así que perfecto, me fui con el pequeño a clase.
Al llegar, el aula era enorme, con una alfombra para jugar al "enredos". Jaja! Tuvimos que colocar parte del material escolar en su estuche. Aquí vino el problema, entre otras cosas había que llevar 24 lapiceros, si como lo oís, 24. 12 del numero 2 y 12 de beginners. Yo no tenía ni idea de lo que eran los lápices de beginners, así que llevé 24 del numero 2. Inteligente decisión!!! Cuando llegué descubrí que los lápices de beginners son unos muy gordotes, que además en casa teníamos 3 (creo que un día los trajo mi marido, el rey Jota) y que yo pensaba que eran de los que usa el albañil en la obra para marcar. Pues no, son para cuando los niños están aprendiendo a escribir. La seño me dijo que no me preocupase, que había lápices de sobra (cada niño llevo 12 de estos).
Cuanta ignorancia americana tengo, aún me falta por aprender!
Por cierto, solo como curiosidad, aquí los libros de texto los provee el cole, no se pagan. En el cole se pagan 100 dólares de matrícula y that´s it!. Eso es todo. Si, ya se, las mamas y los papas os morís de la envidia, pues no veáis la alegría x2 que me dio a mí.