¿Qué por que titulo así la entrada?. Por que aquí me he dado cuenta de que cosas se pueden echar de menos cuando no vives en tu tierra, y además vives muy lejos de ella.
En serio, no podéis imaginar que cosas se echan de menos cuando estas lejos. Por supuesto las típicas: la familia, los amigos, las comidas, pero también otras cosas como los olores. Olores de nuestras comidas: Desde los de sardinas fritas hasta los de cordero asado (mamá que rico te sale el tuyo), los olores cuando pasas cerca de un restaurante y sabes que están haciendo un rico queso frito o algo buenísimo a la brasa! Ummmm!!!! Aquí todo es diferente, no digo ni mejor ni peor, digo diferente. A mí, aquí me cuesta acostumbrarme a los olores que desprenden los restaurantes cuando pasas por la puerta. Teniendo en cuenta que hay muchas cadenas de comida rápida, me resulta bastante desagradable ese olor, creo que a manteca que es con el que fríen las cosas.
Y no os digo el olor de mi portal, también lo echo de menos! Aquí mi portal no huele a nada! Es impersonal, más bien es un sitio desagradable. Es todo de moqueta, pero debe tener 100 años, y además digamos que la limpieza brilla por su ausencia!
También echo de menos hablar con los vecinos de mi portal, aquí a la mayoría no los conozco, y nuestras mayores conversaciones son: Good morning (muchas veces sin el good, solo morning) o How are you? en sus diferentes versiones: How are you doing?, How is it going?.... No sabía que nuestro típico ¿cómo estás? tenía tantas versiones.
Y que me decís de los horarios, el domingo comimos a las 12 y cenamos a las 6:30. Y en la cama estábamos durmiendo a las 22:15, con película vista y vasito de vino tomado. ¿Os lo podéis creer?.
Por último, esto más que de menos lo echo de más, tengo dos de todo: Dos tarjetas SIM, dos carnets de conducir, dos DNIs, dos carnet de biblioteca, y hasta dos monederos uno con euros y otro con dólares. A veces siento que tengo dos vidas paralelas, jajajaja! como en las películas americanas y nunca mejor dicho.